Brian Rivera estaba terminando su desayuno en el lobby de la posada Red Roof en el centro de Hartford. Ha estado viviendo allí con su esposa y sus dos hijos pequeños, desde diciembre. Y no sabía aún, si tendría que mudarse pronto.
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Así es que fue hasta la recepción y preguntó. La recepcionista tenía buenas noticias: su permanencia en el hotel había sido extendida por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, hasta el 20 de marzo.
Rivera sintió aliviado.
"Se siente bien, porque estaba preocupado por eso, sobre qué iba a hacer con mis niños, si no encontraba algo," dijo. "Pero, espero poder encontrar algo muy pronto. Me muevo todos los días para ver qué puedo encontrar."
Rivera dice que la vida en el hotel es mejor de como era en Humacao, Puerto Rico. Después de que el huracán inundara su casa, él y su familia tuvieron que dormir en colchones inflables. Pero dice que, aun así, es difícil vivir por tanto tiempo en una pequeña habitación de hotel, sin cocina.
"Si pudiera irme hoy... me iría ahora mismo," dijo.
Rivera dijo que está trabajando para mudarse tan pronto como pueda. Quiere recomenzar la vida de su familia, aquí en Hartford. Encontró un empleo en un lavado de autos e introdujeron una solicitud para un apartamento.
Rivera es uno de los casi 11.000 puertorriqueños que han estado viviendo en hoteles y moteles, luego de que el huracán María atacara la isla, bajo el programa de Asistencia de Refugio Temporal, o TSA (por sus siglas en inglés), de la FEMA Hasta mediados de enero, el programa le ha costado a la FEMA aproximadamente $21 millones.
Sam Harvey gestiona el programa TSA de la FEMA. Él dice que la FEMA ha inspeccionado la mayoría de las casas que pertenecen a las familias que ahora pierden el apoyo. Y esas inspecciones demostraron que la mayoría de las casas no tenían daños significativos y que volvían a tener servicios públicos.
"Este tipo de asistencia está concebida como temporal y solo va dirigida a aquellos que no tienen otra opción," dijo Harvey.
Pero dijo que las familias pueden apelar el resultado de su inspección si cuestionan los hallazgos de la FEMA.
La semana pasada, la FEMA convocó a unas 200 familias y les comunicó que ya no eran elegibles para el apoyo. Tienen hasta este jueves para conseguir otro lugar donde vivir.
Eso, además de otras 600 familias que tuvieron que dejar sus habitaciones de hotel, el mes pasado.
Eso incluye a Wanda Ortiz. Ella dice que el mismo día que se enteró que su familia tenía que dejar la habitación de hotel en Hartford, recibió las llaves de su nuevo apartamento.
Ortiz dijo que las cosas comenzaron a arreglarse luego de que su hija consiguiera un empleo como enfermera. Una entidad sin fines de lucro local los ayudó con el depósito de garantía y con el primer mes de renta.
Hablando a través de un traductor, dijo que le preocupan las otras familias que aún viven en el hotel.
"Vi muchas personas deprimidas, muchas personas tristes, que no están superando la situación," dijo Ortiz.
Se esperaba que varias docenas de familias puertorriqueñas, que viven en los hoteles de todo Connecticut, perdiesen su apoyo esta semana. Pero los funcionarios estatales dicen que pagarán por 19 de esas familias hasta finales de mes; y que otras seis familias recibieron extensiones de la FEMA.
El lunes, la Fundación Hartford anunció que daría $200.000 a la United Way del centro y noreste de Connecticut para ayudar a los evacuados del huracán que enfrentan desamparo.
Esta historia es parte de “The Island Next Door,” el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.